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Mafalda

Mafalda en Oviedo

Tiempo de lectura: 3 minutos

Lo primero es cómo veo yo la historia de Mafalda en Oviedo, que para eso esta es mi sección friki.

Había una vez una Mafalda muy peculiar que decidió abandonar Buenos Aires y aventurarse en la tierra asturiana de Oviedo. Sí, la niña curiosa, contestona y con una profunda preocupación por la humanidad se plantó en el norte de España en busca de nuevas aventuras y acertijos que resolver.

Al llegar a Oviedo, Mafalda quedó asombrada con la cantidad de sidrerías y su belleza. Pero no todo fue fácil para nuestra intrépida protagonista. Pronto descubrió que la vida en Oviedo también estaba llena de retos y situaciones peculiares.

En una de sus primeras escapadas por la ciudad, Mafalda se topó con una manifestación de los mineros asturianos. Sin pensarlo dos veces, se unió a ellos y empezó a corear consignas en solidaridad con su lucha. Los mineros quedaron sorprendidos al ver a una niña tan decidida y con tanta pasión por la justicia social. Desde ese momento, Mafalda se convirtió en la mascota oficial de los mineros asturianos, ¡una luchadora hasta la médula!

Pero Mafalda no solo se preocupaba por los mineros, también se hizo amiga de los habitantes de Oviedo y sus costumbres. Se obsesionó con la sidra asturiana y pasaba horas enteras intentando escanciarla de manera perfecta. ¡Hasta intentó enseñarle a Susanita a escanciar, pero la pobre solo lograba mojar el suelo con la sidra! Mafalda, con su ingenio inagotable, encontró la solución: ¡usar un paraguas como escanciador automático! No había gota de sidra que se escapara.

Pero la diversión no paraba ahí. Mafalda decidió organizar un concurso de cachopos gigantes en honor a su amigo Manolito. Reunió a los mejores cocineros de Oviedo y desató una auténtica locura de cachopos enormes que dejaron a todos boquiabiertos. Incluso Guille, su hermanito pesado, tuvo que admitir que aquellos cachopos eran una auténtica maravilla gastronómica.

La historia de Mafalda en Oviedo fue llena de risas, reflexiones y encuentros entrañables. Paseaba por el paseo marítimo con Libertad y se sentaba en un banco a contemplar el mar mientras debatía con su amiga sobre la existencia del ser humano. Cada vez que veía una gaviota, Mafalda se ponía a imitarla y las demás personas pensaban que se había vuelto loca. ¡Pero a ella le daba igual, le encantaba hacer reír a la gente!

Finalmente, tras un tiempo viviendo en Oviedo Mafalda decidió que era hora de regresar a Buenos Aires. Se despidió de sus nuevos amigos con lágrimas en los ojos y un sinfín de abrazos. Pero no sin antes dejarles un mensaje claro: “¡Luchad por un mundo mejor, gijoneses! Y no olvidéis escanciar la sidra con estilo”.

La historia de Mafalda y de Oviedo

¿Por qué Mafalda tiene una estatua en Oviedo?

Mafalda tiene una estatua en Oviedo como reconocimiento a su impacto cultural y a su mensaje de crítica social. La ciudad ha encontrado en este icónico personaje de historieta un símbolo de rebeldía y lucha por un mundo mejor. La estatua es un homenaje a su legado y su conexión con la ciudad.

¿Dónde está la estatua de Mafalda en Oviedo?

La estatua de Mafalda se encuentra en el Parque de San Fracisco. Sentada en un banco, la icónica niña de historieta observa con su mirada inquisitiva a quienes pasan por allí. Es un punto de encuentro donde los admiradores de Mafalda pueden disfrutar de su presencia en la ciudad.

¿Quién es Mafalda?

Mafalda es un personaje de historieta creado por el dibujante argentino Quino. Es una niña inteligente, curiosa y preocupada por la humanidad. Sus viñetas, publicadas en los años 60 y 70, reflejan su visión crítica y su forma de cuestionar el mundo que la rodea, convirtiéndola en un icono cultural.

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Viajero cuando me dejan, friki y soñador inconformista. Me considero una persona inquieta, curiosa y a la vez bastante tranquila. Viajar es una de mis grandes pasiones y lo intento siempre que tengo un hueco libre, aunque en mi día a día trabajo en marketing digital.

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