Llegamos a Estocolmo a primera hora de la tarde, y tras dejar las maletas en el que sería nuestro hotel (Scandic No 53) durante los siguientes 4 días en Estocolmo nos dirigimos a comer algo antes de empezar a conocer la ciudad.
¡Me olvidaba! ¿No sabes cómo llegar al centro de la ciudad desde el aeropuerto?
Índice
Cómo llegar desde el aeropuerto al centro de Estocolmo
Justo a la salida de la terminal de Arlanda, a mano izquierda, tenemos diferentes paradas de autobuses, siendo la del centro de Estocolmo la número 1 (trayecto Arlanda-Cityterminalen). En todo caso, es mejor que en la mesa de recepción del interior del aeropuerto os aseguréis del número de bus.
Dentro del autobús hay una pantalla donde se van anunciando las paradas y el tiempo para la próxima, que para el centro de la ciudad es la última parada. Nosotros hicimos la reserva desde España por Internet con la compañía Flygbussarna por un precio de ida y vuelta de 198 coronas (20,75 €) por persona.
Drottninggatan, la calle comercial
Como decía, una vez soltamos las maletas tuvimos nuestra primera experiencia culinaria después de más de 8 horas sin probar bocado. En un restaurante llamado London, en la calle comercial Drottninggatan (podéis ver la experiencia completa aquí: precios de Estocolmo). A partir de ahí comenzaba nuestra aventura.
Drottninggatan es una calle comercial que se extiende hacia el norte desde el puente en Riksbron Norrström, uno de los sitios más peculiares y con mejores vistas de la ciudad. Calle peatonal llena de tiendas, restaurante, gente local y turistas.
Puente de Riksbron
Puente que se conecta con la calle comercial de Drottninggatan. Paso obligado si queremos llegar al casco antiguo de Estocolmo desde la zona norte de la ciudad.
Vistas increíbles a ambos lados del puente y una panorámica para sacar la cámara y dejar pasar el tiempo hasta encontrar el momento adecuado para proseguir el camino. Primer efecto “guau” a mi llegada a Estocolmo. A simple vista destaca el edificio marrón del Parlamento Sueco, por el que tuvimos que cruzar para seguir en dirección Gamla Stan.
Riksdagshuset, el Parlamento
Edificio bastante imponente de estilo neoclásico de principios del siglo XX. Pasar por primera vez por sus muros de piedra es trasladarte a otra época y admirar las construcciones antiguas.
No nos planteamos la posibilidad de entrar en el Parlamento y desconozco si es posible (supongo que habrá algún tipo de visitas guiadas), pero con pasear por fuera de sus muros y contemplarlo desde el puente nos bastó.
El Palacio Real
Muy cerca del Parlamento seguimos recto hasta ver destellos de un edificio imponente, de esos que no pasan desapercibidos: el Palacio Real. Situado en Stadsholmen, en Gamla Stan (la ciudad vieja) un edificio que empezó su construcción en 1690, por lo que combina varios estilos en su arquitectura.
Nuestra primera experiencia con el Palacio Real fue a media tarde y tan solo por fuera, (la visita por dentro la dejamos para el tercer día) lo cual agradecimos porque se respira un ambiente tranquilo sin demasiados turistas. Ideal para hacer fotos con la luz del sol dejando su huella en el edificio.
No hay ninguna restricción para ver los alrededores del Palacio, pero la entrada (gratis con la Stockholm Pass) está limitada normalmente de 10:00 a 17:00 dependiendo de la época del año. Lo mejor es informarse en la web oficial.
La catedral de Estocolmo
El edificio no impresiona, pese a ser de estilo gótico del siglo XIII. De hecho, al pasar al lado ni nos dimos cuenta de qué era la Catedral de Estocolmo por su fachada discreta y único torreón.
Ese primer día no entramos al estar ya cerrada, por lo que aprovechamos para hacer un par de fotos y seguir nuestro camino hasta la Plaza Mayor. Eso sí, en nuestro cuarto día pudimos entrar y disfrutar de una misa improvisada mientras descansábamos y admirábamos su belleza por dentro:
La Plaza Mayor Stortorget
A pocos metros de la Catedral. Fue nuestra siguiente parada. A diferencia del edificio de la Catedral, esta plaza no deja indiferente a nadie pese a ser una imagen típica de Estocolmo. ¿Por qué no decepciona? Por el ambiente que se vive con turistas y locales, restaurantes y puestos ambulantes, museos y el colorido y encanto de sus edificios.
Es la plaza más antigua de Estocolmo, en el mismísimo centro histórico de Gamla Stan y de la cual parten callejones y calles con renombre. Y sí, foto típica con mi padre 😀
Tomamos una de sus salidas al azar, ya sin rumbo, y nos adentramos entre calles estrechas menos transitadas con mucho encanto, pequeñas plazas siempre con presencia de árboles y restaurantes por doquier.
Empezaba a anochecer por lo que decidimos volver al hotel, pero buscando un camino diferente al recorrido. Para ello y GPS en mano, seguimos callejeando hasta dar con este bello callejón que nos indicaba el final del casco antiguo.
Ya en el “paseo marítimo” y lejos de los estrechos callejones empezamos a bordear la ciudad y ver “el otro Estocolmo”. Mucho más natural con el mar y vegetación, acompañados de los incansables ciudadanos en bicis.
El paseo de vuelta al hotel, ya de noche, nos permitió disfrutar de la tranquilidad de la ciudad alejada del ruido (que de normal es poco) y conocer monumentos desde la distancia, como es el caso del Museo Nacional de Estocolmo con vistas desde el otro lado del charco.
Llegamos al hotel algo cansados tras un primer día de vuelo, traslados y aclimatización a nuestro nuevo hogar y clima con vistas y ganas de empezar el segundo día en Estocolmo, donde visitaríamos la isla vikinga de Birka.